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Relojes Rolex Datejust de oro para hombre, una joya que no caduca.
Los relojes Rolex Datejust de oro para hombre, constituyen una casta de ejemplares, cuya presencia ha estado por generaciones. Entonces, es de suponer que han venido haciendo bien las cosas, respecto de este modelo. Tanto que se considera un verdadero clásico y, para muchos, base fundamental de soporte de la reputación de la marca.

Esta vez, nos enfocaremos en uno de los relojes Rolex Datejust de oro para hombre, más hermosos que han visto la luz. Hablo del referencia 126333, un reloj de constitución mixta entre oro amarillo de 18 quilates y acero inoxidable. Con un diámetro de caja de 41mm y una preciosa carátula de color champagne. Rediseñado allá por el año 2.016, donde se le incorporaron ciertas mejoras. Entre las que resaltan las 70 horas de reserva de marcha y su disminución de grosor de caja de su bisel, en comparación con sus antecesores.
En cuanto a los contundentes 41mm de diámetro, muchos suelen afirmar que es muy grande, aunque al fin y al cabo, todo es cuestión de gustos. Eso sí, va mucho mejor en una muñeca de un poco más de 6 pulgadas, donde la comodidad de una pulsera Jubilee, realmente se nota. Principalmente cuando usted lo utiliza de forma cotidiana.
La ventana para la visualización de la fecha, es un detalle que introdujo Rolex y que prácticamente fue replicado por todas las marcas. En la posición que debía pertenecer a las tres en punto. Por supuesto con la icónica lupa amplificadora, incorporada en el cristal.
Se considera un reloj algo pesado, pero vamos, s un reloj para hombres, ¿verdad? La sustitución de los números romanos por los marcadores lineales, es lo más representativo visualmente hablando, en cuanto a la carátula. Algo que por supuesto también tiene sus adeptos y sus detractores.
Y finalmente, la impronta que diferencia a un Datejust del resto de integrantes de la familia Rolex. El inconfundible bisel estriado Oyster, tan hermoso como funcional. Pues no nos olvidemos que sus características de hermeticidad, fueron un pilar fundamental en la cimentación de la fama de la marca de la corona. Todo perfectamente combinado con un acero inoxidable, de gran brillo y durabilidad, exclusivo de Rolex.
En conclusión, una pieza de relojería de altísima gama, pero visualmente equilibrado. Lo que garantiza un reloj sobrio y elegante, que puede ser usado en toda ocasión, y por caballeros que sigan prácticamente cualquier tendencia.